lunes, 1 de abril de 2013

Mind games

Trémulo e impotente ante la incapacidad para explicar lo inefable. Como cuando una taza candente carece de asa.
Tan inasible como el mismo humo, tan irrelevante como la radio en casa del sordo, tan gracioso como bombero en el infierno, tan ridículo como un animal enjaulado, tan esperpéntico como solarium en casa de los Cullen, tan elocuente como presidenta Kirchner sobre las diabetes, tan irritante como ignorante que habla mucho, tan indeseable como Bondi lleno y la música de otro sonando en voz alta, tan fantasma como A. Banderas haciéndose el político, tan tópico como película de Almodóvar, tan denso como dos horas de religión un viernes por la mañana, tan aburrido como esta lluvia que nunca cesa...
 

Aunque también; 
tan grata como la charla con ese anciano sabio, tan idílico como aquel primer beso frente al mar, tan rica como las tortas de cumpleaños de mamá, tan agradable como un reencuentro después de algunos años lejos, tan noble como bancar a un amigo, tan edificante como leer a Cortázar, tan gratificante como el abrazo de tus compañeros tras el gol de la victoria, tan brillante como sol de primavera tras un invierno gris, tan sentimental como el flaco “quedándose o yéndose”, tan inigualable como tu sonrisa cuando te besaba el cuello, tan inolvidable como aquel viaje a Mar del Plata en “Fitito”, tan leal como guardar aquel secreto, tan irremplazable como subir a la cima del volcán a oscuras para ver allí el amanecer…  

Want to play some mind games?

No es lo que parece

Comienzo a sospechar que no son las grandes eventualidades las que rigen lo más importante de la vida. Las pequeñas cosas tienen un valor mayúsculo e ignorado. En lo simple se esconde la grandeza. Es lo simple, que deja la pompa y el ruido para lo enrevesado, el glamour y las brillantinas para lo que se pretende sofisticado. Lo efímero se ve con los ojos, lo sustancioso se desea, se anhela y se extingue. Lo eterno no ha de verse, lo perpetuo escapa a lo tangible. Estamos educados para ver una sola cara, miramos la hoja de perfil cuando el contenido está en el frente. La realidad es considerablemente mayor a mi capacidad para conocerla. Pero puedo extender mis fronteras. Es mi deber. Es él de todos.
Cuando sabes andar, es simple encontrar caminos, rutas, senderos.
Lo simple es la respuesta a todo, porque ya lo sabemos. Está adentro.