viernes, 25 de abril de 2014

Junto Al río

«¿Hacia dónde me seguirá llevando este camino? Mi sendero sigue un itinerario absurdo, da rodeos, y quizá también vueltas. ¡Que siga por donde quiera! ¡YO lo seguiré!»
Sintió en su pecho una alegría maravillosa.
«¿De dónde sale esa alegría tan grande? -preguntó a su corazón-. ¿Acaso te viene de ese largo sueño, que tanto bien te hizo?
¿O proviene de la palabra Om, que pronuncié? ¿O acaso es porque he conseguido escapar, he logrado la fuga y por fin me encuentro otra vez libre, como un chiquillo bajo el cielo?
«¡Qué maravilla es poder huir, ser libre! ¡Qué aire más limpio y puro se respira aquí! ¡ Qué delicia aspirarlo! Allí, de donde escapé, todo olía a cremas, especias, vino, saciedad, ocio. ¡Cómo odiaba ese mundo de ricos, vividores y jugadores! ¡Cómo me aborrecía, me robaba, envenenaba, torturaba, envejecía y maldecía! ¡No, jamás creeré en mí, como antes, cuando me gustaba pensar que Siddharta era un sabio! Sin embargo, ahora sí que he obrado bien; ¡me gusta, puedo elogiar mi obra! ¡Ahora termina el odio contra mí mismo, contra esa vida necia y monótona! Te felicito, Siddharta, ya que después de tantos años de ocio has vuelto a tener una nueva idea, has obrado, has oído cantar al pájaro en tu pecho, ¡y le has seguido!»
De esta forma se elogió y se sintió satisfecho de sí mismo, a la vez que oía los rugidos del hambre en su estómago. Un retazo de pena, un mendrugo de miseria: eso era lo que ahora percibía; en los últimos días había apurado hasta el máximo y luego lo escupió todo; se sació hasta la desesperación y la muerte.
Así era mejor. Hubiera podido quedarse mucho más tiempo con Kamaswami, ganar dinero, malgastarlo, hinchar su barriga y dejar que su alma muriese de sed; habría podido vivir todavía mucho tiempo en aquel infierno suave y bien acolchado, si no le hubiera llegado el momento del desconsuelo total, de la desesperación. Fue aquel instante, cuando se balanceaba por encima de la corriente del agua, dispuesto a destruirse. Había sentido esa desesperación, esa profunda repugnancia, pero no se dejó vencer; el pájaro, la fuente y la voz de su interior continuaban con vida. Esa era su alegría, su risa; por eso brillaba su rostro bajo las canas.
«Es bueno -pensó- probar personalmente todo lo que hace falta aprender. Desde niño, desde mucho tiempo, sabía que los placeres mundanos y las riquezas no acarrean ningún bien; pero ahora lo he vivido. Y ahora lo sé, no sólo porque me lo enseñaron, sino porque lo han visto mis ojos, mi corazón, mi estómago. ¡Qué bello es saberlo!»

Fragmento de Siddharta
Hermann Hesse

jueves, 24 de abril de 2014

Cada uno en su lugar

Lindo sería que el mundo fuera otra cosa.  Y otra cosa será cuando extingamos los animales que quedan, cuando escasee el agua, cuando lo poco sostenible que queda se arruine, cuando el hombre mate al hombre por supervivencia  (y no solamente por vicio), cuando la lluvia ácida de esta superproducción insensible arruine cultivos, cuando el negocio casi no tenga con qué más negociar, cuando en su lecho de muerte; se revuelquen de dolor los restos de una existencia que ha viajado con billete de ida durante millones de años de evolución… cuando, cuando, cuando... Sólo es cuestión de tiempo. Aunque al tiempo y al universo no le preocupen estas cosas efímeras. En todo caso a los mortales deberían importarnos. Todo cae por su peso, todo gasta su energía, todo tiene un ciclo.
(Mientras tanto: El Atlético de Madrid deja fuera de la Champions League al Barcelona, se prepara el lanzamiento del nuevo Galaxy S5, Moyano organiza el corte de la Panamericana, aparece una nueva pista prometedora sobre el Boeing de Malasia, etc…)
Mejor que cada uno ocupe su lugar, el lugar propio, en el universo personal, donde aún hay muchas cosas por establecer.
Fisiológicamente estamos muy avanzados; este aparatito llamado cuerpo humano está bastante evolucionado. No se puede opinar lo mismo de nuestra evolución cognitiva, es decir: la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Mucho más lejos estamos de lo espiritual, por supuesto. Por eso es menester ocuparse de uno mismo, del espacio propio en que se desarrolla la existencia personal.
Ahora, a modo de oxímoron, voy a criticar un poco a quienes critican. A esos anti-sistema, anti-todo. Y un poco de esta crítica será una auto-crítica, ya que yo mismo soy anti-muchas cosas de vez en cuando y creo que sería más productivo encontrarme, encontrarnos. Facilitar el encuentro, propio, social, empático.
Yo no sé si los que se la pasan criticando TODO, lo hacen constructivamente o sólo se creen mejores. Quizá tengan una escondida y desconocida inseguridad personal y necesiten auto-sobre-estimarse haciendo notar las carencias y bajezas sociales, humanas, mundiales, foráneas.
A todos los críticos y jueces de la conducta ajena, llenos de moral, densidad y política (barata), les recomiendo que comiencen a cambiar el mundo cambiándose a sí mismos.
Una buena forma de empezar es hablando con amigos reales. Dejen FB para pasar el rato y charlar con otros amigos que están lejos.
A todos los demás, perdón por el exabrupto.