Crecer para darte cuenta,
Darte cuenta para entristecerte,
Entristecerte para aceptarlo,
Aceptarlo para vivir con ello,
Vivir y perdonar - y sus C.I.: se, me, te, le, lo, nos, (v)os, les -.
Perdonar pero no olvidar,
No olvidar para no reincidir,
No reincidir para seguir creciendo,
Seguir creciendo para darte cuenta de más cosas...
Y así las generaciones debieran acumular conocimientos, pero más que nada; humanamente evolucionar.
Cuando los conocimientos pasaban oralmente de abuelos y padres a hijos y nietos, por siglos y cientos de generaciones, el humano parecía ser más digno de su vida, de su mundo.
Hoy hemos evolucionado notablemente, pero en lo efímero y sustancial. Y no es que el pasado por pasado sea mejor, sólo que a la historia la cuentan otros.
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