Ese que desarrolla las mismas actividades cada año; ese que arma el
arbolito de navidad el 8/12, ese que mañana comprará un regalo de San Valentín a su pareja, ese individuo que da unas opiniones gastadas y
repetidas, ese que siempre es políticamente correcto, ese que va al cine
a ver las películas taquilleras de siempre, ese tipo que no es
disonante en ninguna de sus actitudes individuales, ese que plancha su
camisa antes de salir, ese que se comporta como los demás hombres de su
entorno, ese que se muestra interesado en las charlas que menos le
importan, ese que deja una buena impresión en sus vecinos y siempre dice
buenos días al portero cuando baja a buscar el periódico, ese individuo
que comparte ética y moral con las mayoría de sus conciudadanos, ese
cuyas costumbres no dan lugar al arte ni a la improvisación.
Claro que siempre hay un código al cual se han de ajustar unos ciertos
interlocutores o participantes del juego social, y por mucho que pese el
desdén que esto nos (me) cause, aún no está el hombre preparado para
vivir junto a sus prójimos en completa libertad de comportamiento. Sería
una anarquía caótica y sombría. El hombrecito necesita de sus leyes; que le digan qué está bien y qué mal. Necesita moldear su estructura
ética para que la conciencia sea su peor captor y verdugo. Para todo lo demás están los anti-disturbios.
Este hombre no es culpable directo de nada, el cumple con lo que se
espera de él y su vida es un calco de millones de vidas que ocurren en
torno a él.
Él no sabe muy bien eso de echarse a andar y que el camino vaya
apareciendo. Su subsistencia depende de que hayan mercancías que pueda
comprar, esto es, por ejemplo; cambiando un papel por alimentos o
vestimenta. No hay nada de raro en esto, ¿verdad?
Este ciudadano corriente es un buen tipo. Si lo invitàs a jugar al
fútbol, o al cumpleaños de tu suegra; no te va a hacer quedar mal.
Para mi bendición o perdición, no soy como él. Digamos que soy como yo.
Se genera así una metáfora a tener en cuenta: Si no querès que te hagan quedar mal, sólo invita al cumple de tu suegra a aquellos tipos que puedan calificarse como "Ciudadano Corriente".
Rafa Mora
Hace 3 horas
Hacía mucho tiempo que estaba buscando las palabras en algún texto, en algún libro, o en algún lugar para aliviar esa sensación de soledad que tenían mis pensamientos respecto a lo que bien llamas: "ciudadano corriente". JA! Siento como si me hubieran rascado en ese lugar que me picaba hacía mucho pero no podía encontrar. Cuidado con ese ciudadano porque en su afán de mantener su perfecta imagen deja de hacer el "bien" por hacer lo "correcto". Qué peligrosamente lineales y vacías pueden llegar a ser esas vidas! Y qué exitosas y congruentes con este mundo. Ojalá no nos toquen esas cadenas.
ResponderEliminarGracias por compartir.
;-) Gracias a vos!
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