sábado, 28 de febrero de 2009

El capitalismo en calzoncillos


Todos los días viene el susto. Aquí ya es una moda de los últimos días. La gente prende el televisor a las ocho de la noche, la hora de las noticias, para informarse de la última novedad sobre la crisis mundial de la economía. Todos las mañanas se lee la primera página con curiosidad y miedo. Si el sistema se derrumba o si no la vamos a pasar tan mal. Siempre aparece un gurú que, sonriente, augura que “el año siguiente se van a arreglar todas las cosas”. Hoy, tapa de los diarios: “Ultima salida: jornada reducida”. El recurso de decenas de grandes empresas. Reducir los horarios y así reducir los salarios para no despedir gente. Pero en páginas interiores se nos informa que hay, este mes, nada menos que 350.000 desocupados más. Un diputado de la izquierda propuso aumentar el dinero que se da a los desocupados para así lograr más poder de compra y que se muevan los mercados. Pero un diputado demócrata-cristiano, nada menos, señaló que aumentar la ayuda a los desocupados sólo va a traer movimiento en la venta de alcohol y de tabaco. Leer nota

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