miércoles, 5 de agosto de 2009

Yo pertenezco al mundo de los mortales.


La noche que lo descubrí, cierta sensación de temor me invadió. De un instante a otro mil alarmas se dispararon en mi cabeza. Un leve temblor se dispersó suave pero constante por cada partícula de mi ser. Una autómata información ancestral se despertó en su permanente y continuo sillón tácito.
Palabras, formas, contornos...se sucedieron en un frenesí contagioso. Se atraían por fuerzas de distinta carga y se congregaban en grupos cada vez mas grandes, que poco a poco daban paso a una sola forma. Los sensores comenzaron a reconocer esa figura, y a traducir esa noción al lenguaje de las tierras altas, donde debía llegar la decodificación de aquella información.
¿Debía de ser aquella la información que había sido tan pasible de reconocer, aún, antes de todo ese proceso?
Todo indicaba que si.
La óptica extendía su diámetro, no obstante.
Retroalimentación a través de perspectivas.
Un circulo en movimiento.
¿Una espiral en toda dimensión?
Pero no. No atraía más burdas incertidumbres.
La claridad casi rozaba las manos de una paciente simplicidad, que ansiosa esperaba su visita.
Cada vez están mas cerca.
17/05/09

No hay comentarios:

Publicar un comentario