jueves, 24 de abril de 2014

Cada uno en su lugar

Lindo sería que el mundo fuera otra cosa.  Y otra cosa será cuando extingamos los animales que quedan, cuando escasee el agua, cuando lo poco sostenible que queda se arruine, cuando el hombre mate al hombre por supervivencia  (y no solamente por vicio), cuando la lluvia ácida de esta superproducción insensible arruine cultivos, cuando el negocio casi no tenga con qué más negociar, cuando en su lecho de muerte; se revuelquen de dolor los restos de una existencia que ha viajado con billete de ida durante millones de años de evolución… cuando, cuando, cuando... Sólo es cuestión de tiempo. Aunque al tiempo y al universo no le preocupen estas cosas efímeras. En todo caso a los mortales deberían importarnos. Todo cae por su peso, todo gasta su energía, todo tiene un ciclo.
(Mientras tanto: El Atlético de Madrid deja fuera de la Champions League al Barcelona, se prepara el lanzamiento del nuevo Galaxy S5, Moyano organiza el corte de la Panamericana, aparece una nueva pista prometedora sobre el Boeing de Malasia, etc…)
Mejor que cada uno ocupe su lugar, el lugar propio, en el universo personal, donde aún hay muchas cosas por establecer.
Fisiológicamente estamos muy avanzados; este aparatito llamado cuerpo humano está bastante evolucionado. No se puede opinar lo mismo de nuestra evolución cognitiva, es decir: la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Mucho más lejos estamos de lo espiritual, por supuesto. Por eso es menester ocuparse de uno mismo, del espacio propio en que se desarrolla la existencia personal.
Ahora, a modo de oxímoron, voy a criticar un poco a quienes critican. A esos anti-sistema, anti-todo. Y un poco de esta crítica será una auto-crítica, ya que yo mismo soy anti-muchas cosas de vez en cuando y creo que sería más productivo encontrarme, encontrarnos. Facilitar el encuentro, propio, social, empático.
Yo no sé si los que se la pasan criticando TODO, lo hacen constructivamente o sólo se creen mejores. Quizá tengan una escondida y desconocida inseguridad personal y necesiten auto-sobre-estimarse haciendo notar las carencias y bajezas sociales, humanas, mundiales, foráneas.
A todos los críticos y jueces de la conducta ajena, llenos de moral, densidad y política (barata), les recomiendo que comiencen a cambiar el mundo cambiándose a sí mismos.
Una buena forma de empezar es hablando con amigos reales. Dejen FB para pasar el rato y charlar con otros amigos que están lejos.
A todos los demás, perdón por el exabrupto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario