viernes, 25 de julio de 2014

CARGUEN, APUNTEN, FUEGO !!!

La expresión como arma
dispara balas de diversa clase.
Esta munición es palabra.
Palabra que intenta extirpar
ideas de la mente.
Mente que traduce emociones,
las cuales reflejan verdades,
las del alma.

Un alma vibrante,
que surfea la existencia,
buscando un equilibrio,
a veces insostenible.
Un alma autónoma,
que conspira contra lo fugaz,
se sienta a procesar y sospecha
que hay algo más de lo habitual.

Un blanco que cambia,
o cambia la bala,
o cambia el arma.
Quizá el blanco real nunca cambia.
De a poco la luz deja verlo.
Cada vez más noble,
más digno, menos turbio,
esencial.

Deshilachando la tela,
tamizando texturas,
trazando caminos,
gastando zuelas,
cerrando paraguas,
agotando suspiros,
lijando superficies,
cerrando los ojos.

Abriendo puertas,
desoxidando conciencias,
encendiendo faroles,
consumiendo amaneceres,
probando llaves extraviadas,
mirando horizontes,
escalando montañas,
forjando destinos.

La palabra tiene esa mágica capacidad de significar algo,
algo que evoca una idea y coordina una imaginación que te transporta
a otros lugares, espacios, tiempos, dimensiones.
El mundo de lo real y el mundo de las ideas. Mezclados entre si,
generando una realidad paralela, propiciando una profundidad y una dimensión
distinta. Que enriquece el concepto de todo lo entendible.

La expresión tiene el maravilloso talento de transmitir,
no solamente significancias y conceptos, sino también
guiños y manifestaciones del alma.


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