domingo, 18 de octubre de 2009

ASoMBrOSo dAtO

Hablar de cifras de hambrientos en el mundo suele producir una cierta incredulidad y, finalmente, indiferencia: ¿1.000 millones, 1.020 millones de seres humanos con hambre crónica? Quizá nos debería bastar con saber el asombroso dato de que hoy hay más personas desnutridas que hace una década, que la cifra se ha estado incrementando de forma lenta pero constante desde 1997 y que la última crisis económica mundial ha llevado la cifra de hambrientos a niveles históricos. Un balance realmente inesperado para un siglo XXI recién comenzado bajo el símbolo de la globalización y la tecnología.
Cómo es posible? ¿No se habla todo el rato de ayuda alimentaria, no hay más ONG que nunca, no ponen los Gobiernos más dinero en programas de ayuda al desarrollo? Pues no. Si se analizan fríamente los datos, esa imagen, transmitida por los medios de comunicación y alentada con declaraciones públicas de todo tipo, es falsa. Desde los años setenta, y especialmente en la década de los ochenta y principios de los noventa, las opiniones públicas en los países desarrollados -la tan denostada generación que se identificó con el 68- presionaron lo suficiente a sus Gobiernos como para que se lograran realmente progresos en la lucha contra el hambre, gracias, sobre todo, a que buena parte de la ayuda oficial se dedicó no a enviar sacos de arroz, sino a promover inversiones en la agricultura, el único mecanismo eficaz para reducir y, quizá, erradicar realmente el hambre y la desnutrición.
La realidad es que a finales de los años noventa esa política se debilitó sustancialmente. "El número de hambrientos se disparó en todas las regiones, excepto en Latinoamérica y el Caribe", explica el informe de la FAO presentado esta semana en Roma. "Pero incluso en esas dos regiones, los logros en la reducción del hambre se cancelaron debido a la crisis económica y alimentaria de 2005".
Los expertos parecen saber qué es lo que hay que hacer. No se trata de llevar alimentos a las zonas de hambruna (aunque, desde luego, haya que hacerlo a zonas de escasez generalizada para evitar las escalofriantes cifras de muertos por hambre), sino de impulsar la producción agrícola, con fuertes inversiones públicas en desarrollo y adaptación de nuevas tecnologías y técnicas, así como variedades de cultivo.
"A nivel mundial se calcula que el 90% de los incrementos de producción se conseguirán con aumento del rendimiento y la intensidad de los cultivos en las tierras agrícolas existentes, más que ampliando la superficie de la tierra dedicada a la producción agrícola", aseguran en el Foro de Expertos de la FAO. El desafío de potenciar el rendimiento agrícola se hace más urgente a causa del cambio climático, insisten. Un aumento de dos grados en la temperatura media en zonas de producción, sobre todo de baja altitud, bajará severamente los rendimientos. Si no se implantan urgentemente medidas de adaptación, los rendimientos en África, Asia y Latinoamérica podrían caer un 20%.
Ya no se trata de dar un arado, sino de comprar semillas resistentes a la sequía y a las plagas, de acceder y de saber utilizar los fertilizantes, de ayudar a los campesinos pobres a retener el carbono de la tierra. El desarrollo de variedades mejoradas de cultivo es imprescindible. "Muchas explotaciones producen hoy día menos alimentos de los que son capaces simplemente porque no hacen uso de las semillas mejoradas y de las técnicas agrícolas actualmente disponibles", explica la FAO. Eso es lo que está provocando el aumento sostenido del hambre y la desnutrición. ¿Cómo se va a lograr frenar esa catástrofe en África, Asia o Latinoamérica? ¿Quién va a poner el dinero? No serán, desde luego, los inmigrantes que llegan al mundo desarrollado y que enviaban remesas a sus lugares de origen, y a los que ahora queremos expulsar.

Soledad Gallego-Díaz (Opinion, El Pais)



"No le regales el pescado, enséñale a pescarlo"

Una y otra vez, la clave es la educación. El mundo cambia a pasos agigantados, por ello hay que llenar los huecos que quedan en los millones de personas que viven en un mundo ajeno a ellos. La maquinaria mundial y la vorágine colectiva no permite la actualización de todos los habitantes del planeta. A pesar de que esta situación es tan tremenda y a veces intangible, yo, sigo firme creyendo que el peor mal es la ignorancia.
(Sino pregúntenle al Señor Diego Maradona)
Si no sabes lo que pasa, no podes hacer nada para arreglarlo.
Si no conoces los recursos que te rodean, no podes utilizarlos.
Si no tenes ni idea de nada, pueden hacer con vos todo lo que se les ocurra.
Si no sabes de medicina, no podes curar a tus vecinos.
Si no sabes leer y escribir, tu capacidad comunicativa es limitada.
Si no sabes multiplicar, no podrás llegar a fin de mes. (bueno, da igual, si no sabes sumar probablemente no tengas un trabajo y tu vida sea algo poco importante para el resto del mundo).
Seguimos enumerando???
Educación señores, EDUCACIÓN. Ya basta de favorecer la ignorancia para dominar. La gente se muere, no es joda. Tan egoístas somos que no hacemos nada porque aún hay alimentos en nuestra nevera!
Nos gusta la abundancia, hasta elegimos que comer. Entre nuestra basura seguramente se pierden restos de alimentos que nos sobran. Todo esto es algo tan normal...no podemos darnos cuenta. Que triste!!
Y que hacer? Qué puedo hacer yo si nada de todo esto es mi culpa?
No despilfarres, confórmate con lo necesario. Las modas son solo un escenario del estúpido mundo en el que vivis. Intentá ponerte en el lugar de otras personas, busca el significado de la palabra empatía.
No se...cuando tengo acceso a información sobre la situación del mundo, no se como tomármelo. Es difícil encontrar respuestas. No sé si está bien el radicalismo, el extremismo. Pero, que papel jugamos en todo esto? De qué forma y en que intensidad somos también responsables de lo que ocurre en nuestro único y hermoso planeta?
Imagino que debemos plantearnos estas preguntas individualmente. No creo que se trate de imponer creencias o formas de vida. Me parece mejor orientar a las nuevas generaciones y brindarles información no contaminada por política ni religión, para que sea su propia voluntad la de tomar partido en mejorar la situación de las personas y proteger el medio ambiente. Lo que más me preocupa...tenemos tanto tiempo???
Mientras tanto, solo me puedo ocupar de cambiar mi entorno. Si yo hago las cosas bien, aunque sea invisible a nivel mundial, por lo menos aporto algo. Algún día todos haremos un poquito y el cambio sera más rotundo. (Espero no ser utópico). Muchas personas y muchos animales en vías de extinción nos lo agradecerán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario