sábado, 3 de octubre de 2009

QuE tE GaRúE FinO


Se largo a llover cinco minutos antes de que saliera de trabajar.
Era una llovizna suave, de esas veces que garúa amablemente. Las gotitas eran tan finas que bajo el reflejo de los faroles todo parecía un gran manto fluvial que caía ondulando a su merced.
Gran momento de la noche. No me molestaba dejarme acariciar por las gotas que aterrizaban en mi frente.
Hacía bastante tiempo que no llovía. La tierra estaba bastante seca luego del verano. Momento preciso para que algunos subnormales planten fuego en los bastos montes faltos de agua. Toco madera...este año no ha habido grandes incendios.
Por estos motivos, vi a esa agua que caía del cielo como una gran bendición. Y eso es mucho decir, ya que por estas latitudes llueve hasta el cansancio en la temporada otoñal-invernal, la cual ya ha llegado.
Al cruzar el umbral de la puerta, me colgué los auriculares y emprendí mi camino.
John con su "Jealous guy" empezó a sonar y me transportó muy lejos y muy cerca.
La lluvia seguía cayendo.
Y entre los párrafos de la canción pensé: Que enamorado que estaba!!
Sí, en aquella época escuchaba mucho más a John.
Fue un lindo sentimiento ese que sentí mientras caminaba.
Y me di cuenta que las personas pasan, van y vienen. Con sus cuerpos, sus sonrisas, sus sonidos, sus rostros...
Pero el amor no se va. Se queda por siempre.
Es simple, o lo tienes o no lo tienes. No hay más.
Y con el tiempo, cuando logras comprender un poquito más su verdadera naturaleza, dejas que las personas, con sus rostros y sus sonrisas...pasen y sigan su camino.
Ya no necesitas reconocimiento por ese amor. Porque es tuyo y de nadie más.
Y porque el verdadero amor, aunque cueste creerlo, no pide nada a cambio. Y cuando digo nada, es NADA.
No digo que sea fácil comprenderlo de esta manera, de hecho cuesta un millón de lágrimas, dos billones de borracheras y algunos años de hippie por el mundo buscando inútilmente unas razones que solo el tiempo te las puede dar.
Pero después de eso...jeje, después te podes dar el lujo de escuchar a John bajo la lluvia y sonreír como un loco recordando aquellos momentos.
Irreversible. La mejor cualidad de tiempo. Cada paso que das, dejas atrás todos los pasos que ya diste. Y así se acumulan los pasos en la memoria, la cual debe honrarnos. Pero claro, solo si hay amor.
Buenas noches.
Yo, el mismo.

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